Por si no la has leído aquí tienes la 1ª parte
Y ahora, el verdadero plato fuerte de la temporada: la trama
de los vampiros en sí. Habíamos dejado a nuestros vampiros favoritos a un paso
de la Muerte Verdadera, en manos de la Autoridad, ese ente que gobierna a los
vampiros y cuyo principal objetivo es conseguir la coexistencia pacífica entre
vivos y no-muertos, liderada por el vampiro llamado Roman.
A la desesperada, a ver si así conseguían ganar tiempo, confiesan
que no mataron a Russel, sino que lo
enterraron. Ahora, para salvar su vida, deben matarlo, esta vez de verdad. Pero
(siempre hay un pero) Russel ya no está donde lo dejaron! Con la ayuda de Sookie, Alcide y uno de sus
trabajadores, los vampiros descubren que alguien ha ayudado a escapar al más
anarquista de los vampiros, una mujer, y además, ¡una Canciller de la
Autoridad! La libertad de Russel es un verdadero peligro para la coexistencia
pacífica, especialmente ahora, ya que está tomando fuerza una corriente
“sanguinista”, según la cual, los vampiros son descendientes de Lilith, la verdadera diosa, y los
humanos, no son más que comida.
Contra todo pronóstico, Russel
es capturado y llevado ante la Autoridad,
aunque cuando iban a ejecutarlo, se libera y mata a Roman, el Guardián, líder de la Autoridad. Tras su muerte, Salomé hereda el mando y la Autoridad
pasa a ser sanguinista, y Russel
Edgington pasa de enemigo a aliado en cuestión de segundos. ¡Vaya por dios!
Otra de las incorporaciones a la autoridad es el Reverendo Steve Newlin, que se ha apartado de “la luz” y ha salido del
armario (la obsesión que tenía con Jason
no ha hecho más que aumentar). El objetivo de la nueva Autoridad no es otro que
dominar el mundo, hacer que los vampiros ocupen la cima de la cadena
alimenticia y acabar con la integración. Para forzar esta situación, bombardean
las fábricas de True Blood, obligando a
los vampiros a alimentarse de humanos (siempre a escondidas, mientras mantienen
la apariencia de siempre de apoyar la integración humano-vampiro).
El único vampiro que se opone, Dieter,
es destruido en el acto, y los demás, de mejor o peor grado, beben de la sangre
de Lilith en una especie de bautizo
al Sanguinismo. Este chupito de sangre los vuelve locos, crueles, sanguinarios
y sobre todo, indiscretos. Durante la matanza que llevan a cabo, a todos ven a Lilith, la diosa vampiro, lo que
termina de convencer a los dudosos.
Salvo Eric. A él,
además de Lilith, se le aparece Godric (Godric for president! Me
encanta ese vampiro, aun después de morir dos veces, la sigue liando), y le
dice que van por mal camino, que salga de ahí, y salve a su hermana. Pero salir
de una secta no es fácil, y menos, de una en la que te matan si no pasas por el
aro.
Nora cree que Godric es el que se equivoca, y a Eric no le queda más remedio que fingir
adoptar el sanguinismo. Bill también parece haber encontrado el camino de Lilith, y se hace cada vez más íntimo
de Salomé. Uno de los puntos fuertes
de la temporada es la incertidumbre, el no saber en toda la temporada si realmente
Bill y Eric están cayendo en las
redes de la secta, o lo están fingiendo para sus propios fines.
Eric intenta
secuestrar a Nora y sacarla de la
Autoridad, con lo que también Bill
podría escapar. Pero Bill traiciona a su antiguo colega, y la tapadera de Eric,
que se estaba haciendo el converso, cae.
Para convertirlo, Bill y Nora le obligan a beber de nuevo la sangre de Lilith, y su hermana la bebe con él. En
esta ocasión, Godric se les aparece
a los dos. Y también Lilith, quien destruye al creador de ambos. Godric, el vampiro que murió 3 veces.
Tras esto, a Nora se
le cae la venda de los ojos, y se pasa al bando de Eric. Aparentemente, ambos son miembros convencidos de la secta, y
consiguen salir del cuartel general con la excusa de tapar uno de los errores
de Edgington y Newlin de cara a la
opinión pública.
Mientras tanto, Russel,
que tenia de “mascotas” a la manada liderada por J.D., ha intimado con Newlin,
y le regala como mascota a una lobita, que resulta ser Emma. Esto hace que Sam y
Luna encuentren la manera de infiltrarse en la Autoridad para rescatarla.
Pero lo que Salomé
no sabía es que Russel no es un
perrito faldero precisamente. El problema llega cuando él habla a la Autoridad
de la posibilidad de caminar bajo la luz del sol, bebiendo hadas. Salomé se opone, alegando que son hijos
de Lilith y de la noche, y que lo
que propone Russel es una herejía. Russel se subleva y abandona la Autoridad
para ir por libre, y buscar a Sookie
y a las hadas, que se esconden en un cabaret feérico, pero que, hartas de
esconderse y esperar a la muerte, le esperan preparadas y dispuestas a pelear.
Cuando Russell
encuentra el escondite tras haber matado al hada más vieja, las hadas se
defienden, pero sus rayos de luz parecen no hacerle efecto. Por suerte, en el
último momento, aparece Eric y ¡por
fin! Consigue matar a Russell, salvando a Sookie
y a las hadas, pero lo más importante, vengando a su familia humana, que murió
a manos de Russell y sus lobos.
Tara y Pam, que
han ido estrechando su relación, se tienen que enfrentar a un nuevo sheriff, Elijah, progenie de una de los miembros
de la autoridad, quien tenía exigencias poco ortodoxas, y a quien Tara se quita de en medio, ganándose la
admiración de Pam (aunque también,
metiéndolas en un lio). Bill, por su
parte, ha querido imponer a Jessica
su nueva forma de ver las cosas, y ella se las ha ingeniado para escapar y
decirle a Pam que la autoridad tiene
a Eric. Cuando les piden
explicaciones a las chicas por la muerte de Elijah, Pam, asume la culpa, y ella y Jessica acaban en los
calabozos de la Autoridad.
Mientras, Bill, Nora,
Tara, Sookie y Jason entran en la autoridad, en plan "Mission: Impossible", en
lo que parecía una misión suicida para rescatar a Pam y Jessica, y a ser posible, parar la locura de la Autoridad,
que bien podría acabar en una guerra.
Dentro del cuartel general de la autoridad están también Sam y Luna, que entran convertidos en
ratones y se confunden entre los humanos que los vampiros tenían como reservas
de comida y encuentran a Emma. Lo
difícil es burlar la seguridad y conseguir salir.
A Sam se le ocurre un plan, según el cual Luna (que como recordamos, tiene la habilidad de convertirse en
otro ser humano porque “mató” a su madre, aunque se pone muy enferma después)
debería convertirse en Newlin, que
escapó tras la muerte de Russel y que está autorizado, y salir con Emma en forma de lobo y Sam escondido.
Sin embargo, su plan se ve frustrado, ya que, “Newlin-Luna”, como relaciones públicas de la autoridad, se ve
obligado a hacer unas declaraciones en directo sobre un ataque del verdadero Newlin
y Russell a humanos. Entre los nervios y lo mal que le sienta esta
transformación, Luna vuelve a su aspecto original en directo, y aprovecha para destapar
la verdad sobre la Autoridad a las cámaras.
La canciller Rosalyn,
que estaba presente, se prepara para atacar a Luna, pero en ese momento Sam,
convertido en mosca, la mata de la forma más épica posible: se mete en su
garganta y recupera su forma humana dentro de ella, dando lugar a una escena
que no se olvida fácilmente. Desgraciadamente, en el último momento Luna se
desmaya, y nos quedamos sin saber si se recuperará de su última transformación
o no.
Por otra parte,
Lilith se pone a hacer de las suyas, apareciéndose a los miembros que
quedan de la secta para decirles que son “el elegido” para gobernar a todos los
vampiros en la nueva era, dando origen a una competición en la que solo puede
quedar uno. Bill mata a Kibwe cuando este le dice que es el
elegido, y engaña a Salomé, haciéndole creer que Lilith le ha dicho que ella, Salomé,
es la elegida, y fingiendo adorarla y ser su siervo.
Sin embargo, cuando Salomé
bebe la sangre de Lilith para
convertirse en la profeta, se descubre que
Bill ha cambiado la verdadera sangre de la diosa, por otra envenenada con
plata, y así mata a su última competidora.
A estas alturas, el cuartel general está libre no por falta de ganas: durante esta temporada, empieza a tener visiones de sus padres, que le van convirtiendo en un antivampiros, hasta el punto de rechazar a Jessica cuando ella le confiesa su amor. Y hablando de amor… Cuando Tara y Sookie llegan a los calabozos para rescatar a Jessica y Pam, se desata algo que parece sobre pasar los límites del afecto creador-progenie… ¡Se veía venir! Y si no, que le pregunten a Jess…
Cuando el “equipo de los buenos” escapa, Eric y Sookie se quedan para intentar hacer a Bill entrar en razón, apelando al sentido común, a la parte humana de Bill, e incluso al “si alguna vez te he importado…” por parte de Sookie… Pero nada surte efecto: Bill bebe de Lilith… ¡y se destruye! Se convierte en un charquito de sangre, dando a entender que “muerto el perro, se acabó la rabia”. Personalmente me hubiera encantado que acabara así, porque soy y siempre seré del “Team Eric”… Pero tampoco hubo suerte. Bill resurge del charco de sangre, convertido en un dios, uno de esos que no conviene tener como enemigo…de vampiros
secundarios, ya que Jason está en
plan Buffy y ha eliminado a todos
los que le pasaban por delante, salvo a sus aliados, y
¿Qué nos deparará la 6º temporada? Seguramente un Bill loco,
muy diferente de lo que estamos acostumbrados a ver. En esta temporada, lo
principal no ha sido tanto la fantasía, sino las intrigas, la lucha de poder, el
misterio… Para mí, ha sido un cambio a mejor, aunque manteniéndose siempre
fieles a lo que es True Blood. Si se le puede plantear alguna queja, sería la
falta de tema sentimental Sookie-Eric (soy una romántica, que le voy a hacer),
aunque no pierdo la esperanza con respecto a la próxima temporada. Si no muero
de impaciencia antes, el verano que viene saldremos de dudas.
*Para los muy adictos:
http://trueblood.wikia.com/wiki/True_Blood_Wiki
Comentarios
Publicar un comentario