True Blood Season 5: Review (2/2)


 Por si no la has leído aquí tienes la 1ª parte

Y ahora, el verdadero plato fuerte de la temporada: la trama de los vampiros en sí. Habíamos dejado a nuestros vampiros favoritos a un paso de la Muerte Verdadera, en manos de la Autoridad, ese ente que gobierna a los vampiros y cuyo principal objetivo es conseguir la coexistencia pacífica entre vivos y no-muertos, liderada por el vampiro llamado Roman.



A la desesperada, a ver si así conseguían ganar tiempo, confiesan que no mataron a Russel, sino que lo enterraron. Ahora, para salvar su vida, deben matarlo, esta vez de verdad. Pero (siempre hay un pero) Russel ya no está donde lo dejaron! Con la ayuda de Sookie, Alcide y uno de sus trabajadores, los vampiros descubren que alguien ha ayudado a escapar al más anarquista de los vampiros, una mujer, y además, ¡una Canciller de la Autoridad! La libertad de Russel es un verdadero peligro para la coexistencia pacífica, especialmente ahora, ya que está tomando fuerza una corriente “sanguinista”, según la cual, los vampiros son descendientes de Lilith, la verdadera diosa, y los humanos, no son más que comida.


Contra todo pronóstico, Russel es capturado y llevado ante la Autoridad, aunque cuando iban a ejecutarlo, se libera y mata a Roman, el Guardián, líder de la Autoridad. Tras su muerte, Salomé hereda el mando y la Autoridad pasa a ser sanguinista, y Russel Edgington pasa de enemigo a aliado en cuestión de segundos. ¡Vaya por dios! Otra de las incorporaciones a la autoridad es el Reverendo Steve Newlin, que se ha apartado de “la luz” y ha salido del armario (la obsesión que tenía con Jason no ha hecho más que aumentar). El objetivo de la nueva Autoridad no es otro que dominar el mundo, hacer que los vampiros ocupen la cima de la cadena alimenticia y acabar con la integración. Para forzar esta situación, bombardean las fábricas de  True Blood, obligando a los vampiros a alimentarse de humanos (siempre a escondidas, mientras mantienen la apariencia de siempre de apoyar la integración humano-vampiro).

El único vampiro que se opone,  Dieter, es destruido en el acto, y los demás, de mejor o peor grado, beben de la sangre de Lilith en una especie de bautizo al Sanguinismo. Este chupito de sangre los vuelve locos, crueles, sanguinarios y sobre todo, indiscretos. Durante la matanza que llevan a cabo, a todos ven a Lilith, la diosa vampiro, lo que termina de convencer a los dudosos.

Salvo Eric. A él, además de Lilith, se le aparece Godric (Godric for president! Me encanta ese vampiro, aun después de morir dos veces, la sigue liando), y le dice que van por mal camino, que salga de ahí, y salve a su hermana. Pero salir de una secta no es fácil, y menos, de una en la que te matan si no pasas por el aro.
Nora cree que Godric es el que se equivoca, y a Eric no le queda más remedio que fingir adoptar el sanguinismo. Bill también parece haber encontrado el camino de Lilith, y se hace cada vez más íntimo de Salomé. Uno de los puntos fuertes de la temporada es la incertidumbre, el no saber en toda la temporada si realmente Bill y Eric están cayendo en las redes de la secta, o lo están fingiendo para sus propios fines.

Eric intenta secuestrar a Nora y sacarla de la Autoridad, con lo que también Bill podría escapar. Pero Bill traiciona a su antiguo colega, y la tapadera de Eric, que se estaba haciendo el converso,  cae. Para convertirlo, Bill y Nora le obligan a beber de nuevo la sangre de Lilith, y su hermana la bebe con él. En esta ocasión, Godric se les aparece a los dos. Y también Lilith, quien destruye al creador de ambos. Godric, el vampiro que murió 3 veces.

Tras esto, a Nora se le cae la venda de los ojos, y se pasa al bando de Eric. Aparentemente, ambos son miembros convencidos de la secta, y consiguen salir del cuartel general con la excusa de tapar uno de los errores de Edgington y Newlin de cara a la opinión pública.

Mientras tanto, Russel, que tenia de “mascotas” a la manada liderada por J.D., ha intimado con Newlin, y le regala como mascota a una lobita, que resulta ser Emma. Esto hace que Sam y Luna encuentren la manera de infiltrarse en la Autoridad para rescatarla.




Pero lo que Salomé no sabía es que Russel no es un perrito faldero precisamente. El problema llega cuando él habla a la Autoridad de la posibilidad de caminar bajo la luz del sol, bebiendo hadas. Salomé se opone, alegando que son hijos de Lilith y de la noche, y que lo que propone Russel es una herejía. Russel se subleva y abandona la Autoridad para ir por libre, y buscar a Sookie y a las hadas, que se esconden en un cabaret feérico, pero que, hartas de esconderse y esperar a la muerte, le esperan preparadas y dispuestas a pelear.




Cuando Russell encuentra el escondite tras haber matado al hada más vieja, las hadas se defienden, pero sus rayos de luz parecen no hacerle efecto. Por suerte, en el último momento, aparece Eric y ¡por fin! Consigue matar a Russell, salvando a Sookie y a las hadas, pero lo más importante, vengando a su familia humana, que murió a manos de Russell y sus lobos.



Tara y Pam, que han ido estrechando su relación, se tienen que enfrentar a un nuevo sheriff, Elijah, progenie de una de los miembros de la autoridad, quien tenía exigencias poco ortodoxas, y a quien Tara se quita de en medio, ganándose la admiración de Pam (aunque también, metiéndolas en un lio). Bill, por su parte, ha querido imponer a Jessica su nueva forma de ver las cosas, y ella se las ha ingeniado para escapar y decirle a Pam que la autoridad tiene a Eric. Cuando les piden explicaciones a las chicas por la muerte de Elijah, Pam, asume la culpa, y ella y Jessica acaban en los calabozos de la Autoridad.




Mientras, Bill, Nora, Tara, Sookie y Jason entran en la autoridad, en plan "Mission: Impossible", en lo que parecía una misión suicida para rescatar a Pam y Jessica, y a ser posible, parar la locura de la Autoridad, que bien podría acabar en una guerra.




Dentro del cuartel general de la autoridad están también Sam y Luna, que entran convertidos en ratones y se confunden entre los humanos que los vampiros tenían como reservas de comida y encuentran a Emma. Lo difícil es burlar la seguridad y conseguir salir.

 A Sam se le ocurre un plan, según el cual Luna (que como recordamos, tiene la habilidad de convertirse en otro ser humano porque “mató” a su madre, aunque se pone muy enferma después) debería convertirse en Newlin, que escapó tras la muerte de Russel y que está autorizado, y salir con Emma en forma de lobo y Sam escondido. Sin embargo, su plan se ve frustrado, ya que, “Newlin-Luna”, como relaciones públicas de la autoridad, se ve obligado a hacer unas declaraciones en directo sobre un ataque del verdadero  Newlin y Russell a humanos. Entre los nervios y lo mal que le sienta esta transformación, Luna vuelve a su aspecto original en directo, y aprovecha para destapar la verdad sobre la Autoridad a las cámaras.

La canciller Rosalyn, que estaba presente, se prepara para atacar a Luna, pero en ese momento Sam, convertido en mosca, la mata de la forma más épica posible: se mete en su garganta y recupera su forma humana dentro de ella, dando lugar a una escena que no se olvida fácilmente. Desgraciadamente, en el último momento Luna se desmaya, y nos quedamos sin saber si se recuperará de su última transformación o no.

Por otra parte, Lilith se pone a hacer de las suyas, apareciéndose a los miembros que quedan de la secta para decirles que son “el elegido” para gobernar a todos los vampiros en la nueva era, dando origen a una competición en la que solo puede quedar uno. Bill mata a Kibwe cuando este le dice que es el elegido, y engaña a Salomé, haciéndole creer que Lilith le ha dicho que ella, Salomé, es la elegida, y fingiendo adorarla y ser su siervo.


Sin embargo, cuando Salomé bebe la sangre de Lilith para convertirse en la profeta, se descubre que Bill ha cambiado la verdadera sangre de la diosa, por otra envenenada con plata, y así mata a su última competidora.

A estas alturas, el cuartel general está libre no por falta de ganas: durante esta temporada, empieza a tener visiones de sus padres, que le van convirtiendo en un antivampiros, hasta el punto de rechazar a Jessica cuando ella le confiesa su amor. Y hablando de amor… Cuando Tara y Sookie llegan a los calabozos para rescatar a Jessica y Pam, se desata algo que parece sobre pasar los límites del afecto creador-progenie… ¡Se veía venir! Y si no, que le pregunten a Jess…

Cuando el “equipo de los buenos”  escapa, Eric y Sookie se quedan para intentar hacer a Bill entrar en razón, apelando al sentido común, a la parte humana de Bill, e incluso al “si alguna vez te he importado…” por parte de Sookie… Pero nada surte efecto: Bill bebe de Lilith… ¡y se destruye! Se convierte en un charquito de sangre, dando a entender que “muerto el perro, se acabó la rabia”. Personalmente me hubiera encantado que acabara así, porque soy y siempre seré del “Team Eric”… Pero tampoco hubo suerte. Bill resurge del charco de sangre, convertido en un dios, uno de esos que no conviene tener como enemigo…de vampiros secundarios, ya que Jason está en plan Buffy y ha eliminado a todos los que le pasaban por delante, salvo a sus aliados, y 


¿Qué nos deparará la 6º temporada? Seguramente un Bill loco, muy diferente de lo que estamos acostumbrados a ver. En esta temporada, lo principal no ha sido tanto la fantasía, sino las intrigas, la lucha de poder, el misterio… Para mí, ha sido un cambio a mejor, aunque manteniéndose siempre fieles a lo que es True Blood. Si se le puede plantear alguna queja, sería la falta de tema sentimental Sookie-Eric (soy una romántica, que le voy a hacer), aunque no pierdo la esperanza con respecto a la próxima temporada. Si no muero de impaciencia antes, el verano que viene saldremos de dudas.

*Para los muy adictos:
http://trueblood.wikia.com/wiki/True_Blood_Wiki


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